UN ATERRIZAJE PERFECTO
También tenía otro amigo al que veía todos los días en el colegio llamado Hanif y con él jugaba a subirse a los columpios y imaginarse que eras astronautas pilotando una nave y cuando llegaban a Saturno, uno de los dos tenía que saltar para que no le desintegraran los anillos del planeta.
Un día, decidieron que ya estaban muy aburridos de viajar siempre por el sistema solar y se dirigieron hacia otra galaxia muy lejana.
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